jueves, 12 de mayo de 2011

Para el novio de Lili

Son las dos de la tarde y él pretende ser raro; son las dos y uno y Carlitos lo es. Son las dos y dos y él ya no sabe qué hacer para ser diferenciarse de los normales y aburridos mortales.

Bravo Carlos, te has enamorado de alguien diferente… y estás con ella sin amarla. Estás con ella… piensas en ti: Carlos el que besa a sus peces; Carlos el que duerme abrazando a sus zapatos; Carlos, un tipo común.
Sus manos pequeñas te acarician el cabello, dándole a conocer al mundo que ya no eres un chiquillo, que a tus ventitantos heredaste entradas sin opción a renuncia. La vida no te ha tratado como esperabas pero eres un bohemio y siempre dijiste que no esperabas mucho. Sin duda luces culto e interesante. Un tipazo para Lili.

Compartimos el mes de abril, pero el corazón en el cajón no nos pertenece. El mío sigue en venta, el tuyo es un monumento al narcisimo. Es curiosa tu obsesión con el hombre imperfecto que creaste, el Gulliver de Lili. El Carlos que te prometiste ser.    

Me miro el dedo gordo del pie, y gozo. Gozo porque nadie me molesta. Gozo porque soy quién soy y no tengo que meter un enano en mi cama para demostrarlo. Tengo prejuicios pero son pocos. Me gusta la soledad porque tengo con quién compartirla. Soy feliz porque puedo ser diferente y decido ser yo.

Ódiame porque ya muchos me quieren. Ódiame en tu afán de ser raro.